Todos a la plaza Libertad
El Presidente de La Republica pasó muy temprano por el mercado San Miguelito, comprando las ofrendas florales para el monumento de la plaza Libertad. En el camino iban desayunándose un rico “shuco caliente con frijolitos negros con don Julio Rank. El sol ardiente, el cielo azul y blanco aquel que cobija a los malos hijo de la Patria eran testigos de una celebración más de la Independencia Patria. “La pica Albanéz no ha llegado” se oían los murmullos, y es que todos sabemos lo que se tardan las mujeres.
Mientras tanto nuestra flamante alcaldesa doña Violeta Menjivar saludaba a la multitud, incluyendo a algunos huele pegas que se encontraban cerca de la iglesia El Rosario. A lo lejos se veía venir la bancada Arenera, liderada por don Rolando Alvarenga, que por cierto llevaba bien teñidito el pelo y los bigotes, los que disimulan las canas de la experiencia. También venia el oloroso diputado Norman Quijano luciendo unos lentes baratuchos, y es que dice don Norman que no puede llevar los Tommy Hilfigger al centro porque se los “tamalean”.
De pronto vemos a doña Darlyn Meza, ella siempre muy puntual, platicando con doña Yolanda de Gavidia. Por ratos se le perdía la vista a doña Darlyn, para ver si “guachaba” a algón vende Hot Dogs, ya que no le dio tiempo de desayunar. Por cierto que ricos son esos hot dogs del parque Libertad. Vimos al honorable canciller Francisco “Pancho” Lainez disimuladamente lustrándose sus nuevos zapatos Florsheim recientemente comprados en Las Vegas. Nos comento el lustrabotas que el canciller le quería pagar con un billete de a $100. Por un momento el parque Libertad fue la zona más segura de El Salvador, en algunos edificios aledaños se veían francotiradores con “ondillas vigilando”.
Bueno, llega un cipotío de apellido Merino ( aquel que corrió como loco en Washington, ante una alarma) y dice “ya es hora”, “métase la camisa Presidente, se le ve la panza peluda”, “doña vilma ya se despeinó, vuélvase a peinar”. “Caminemos pues, ahora!” dice el cipote. Por ahí decían que don Elmer Charláis pisoteo a la Vicepresidenta en el momento que se dirigían a depositar la ofrenda, a la que esta después del acto le reclamó diciendo “que si no le habían enseñado a caminar bien”.
Después lo mismo de siempre, el Pesidente leyó el discurso hecho por la juventud arenera de Apopa, habló de la libertades, que como todos sabemos, en este país no se respetan mucho. Siguió hablando carburo y más carburo, usando sus habilidades mediáticas.
El Presidente de La Republica pasó muy temprano por el mercado San Miguelito, comprando las ofrendas florales para el monumento de la plaza Libertad. En el camino iban desayunándose un rico “shuco caliente con frijolitos negros con don Julio Rank. El sol ardiente, el cielo azul y blanco aquel que cobija a los malos hijo de la Patria eran testigos de una celebración más de la Independencia Patria. “La pica Albanéz no ha llegado” se oían los murmullos, y es que todos sabemos lo que se tardan las mujeres.
Mientras tanto nuestra flamante alcaldesa doña Violeta Menjivar saludaba a la multitud, incluyendo a algunos huele pegas que se encontraban cerca de la iglesia El Rosario. A lo lejos se veía venir la bancada Arenera, liderada por don Rolando Alvarenga, que por cierto llevaba bien teñidito el pelo y los bigotes, los que disimulan las canas de la experiencia. También venia el oloroso diputado Norman Quijano luciendo unos lentes baratuchos, y es que dice don Norman que no puede llevar los Tommy Hilfigger al centro porque se los “tamalean”.
De pronto vemos a doña Darlyn Meza, ella siempre muy puntual, platicando con doña Yolanda de Gavidia. Por ratos se le perdía la vista a doña Darlyn, para ver si “guachaba” a algón vende Hot Dogs, ya que no le dio tiempo de desayunar. Por cierto que ricos son esos hot dogs del parque Libertad. Vimos al honorable canciller Francisco “Pancho” Lainez disimuladamente lustrándose sus nuevos zapatos Florsheim recientemente comprados en Las Vegas. Nos comento el lustrabotas que el canciller le quería pagar con un billete de a $100. Por un momento el parque Libertad fue la zona más segura de El Salvador, en algunos edificios aledaños se veían francotiradores con “ondillas vigilando”.
Bueno, llega un cipotío de apellido Merino ( aquel que corrió como loco en Washington, ante una alarma) y dice “ya es hora”, “métase la camisa Presidente, se le ve la panza peluda”, “doña vilma ya se despeinó, vuélvase a peinar”. “Caminemos pues, ahora!” dice el cipote. Por ahí decían que don Elmer Charláis pisoteo a la Vicepresidenta en el momento que se dirigían a depositar la ofrenda, a la que esta después del acto le reclamó diciendo “que si no le habían enseñado a caminar bien”.
Después lo mismo de siempre, el Pesidente leyó el discurso hecho por la juventud arenera de Apopa, habló de la libertades, que como todos sabemos, en este país no se respetan mucho. Siguió hablando carburo y más carburo, usando sus habilidades mediáticas.
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